23 de julio
Entrevista a Marta, en la Comunidad Mapuche MILLALONCO-RANQUEHUE, de la provincial de Rio Negro.
Por Maria Inés Mac Lenman
La comunidad Lonco Ranquehue está al pie y sobre la ladera de un cerro frondoso, Marta pertenece a la 5ta generación instalada en ese lugar, al que fueron empujados durante 130 años desde la llegada de los primeros blancos que iniciaron las usurpaciones del territorio Mapuche en la región. Actualmente ellos soportan 7 juicios del ejército para desalojarlos aún de esa parcela que ocupan.
Marta y su casa se parecen, son pequeñas, humildes, sólidas y acogedoras.
”Muchos de nosotros fuimos dejando el territorio por las persecuciones y por las dificultades económicas producidas por las sequías y el bajo precio de las lanas La gente de mi generación se ha criado con gobiernos militares. Después de tantos años de maltrato, humillaciones, destrozos de las viviendas, robos del ganado, amenazas y presiones de todo tipo, pasamos años en los que nuestras familias tuvieron que refugiarse donde podíamos. Fueron inviernos si ropa, sin comida en condiciones de extrema pobreza, muchos años en los que no conocíamos la democracia ni ninguna forma de reclamo.
Después de todo ese sufrimiento, fue el doctor Alfonsín, durante su gobierno y cuando mi madre le contó personalmente nuestros problemas quien nos dijo: -Ustedes tienen que volver a sus tierras y a sus casas ahora mismo- Pero nunca tuvimos papeles. Primero volvió mi madre y luego de a poco el resto de la familia. Yo me reinstalé aquí apenas hace 7 años.
Acá son muy marcadas las diferencias, por un lado están los muy ricos, empresarios, comerciantes, turistas adinerados que pasan temporadas en sus casas lujosas, y por otro la gente que vive en pequeños grupos comunitarios, o en los barrios marginales, en su mayoría mapuches que sobreviven trabajando de peones, albañiles, sirvientas, en la construcción de cabañas o en lo que haya y que no son visibles en la ciudad o en ninguno de los circuitos turísticos. Lamentablemente mucha de esa gente está tinellizada, no piensan en recuperar su cultura y su origen, porque la emergencia en que viven es muy grande. Por eso el trabajo que hay que hacer es mucho y a largo plazo. Tenemos que trabajar con los jóvenes y con los niños.
Pasaron muchos años en los que el estado no se hizo cargo de la educación, y solamente crearon las escuelas- hogar, pero entonces, un poco por el desarraigo y otro poco por el abuso y los malos tratos que recibían, muchos chicos desertaron aumentando así las situaciones de discriminación y desigualdad de oportunidades.
Hay organizaciones indígenas que trabajan, como la CAI y el CODESI y la organización que reunió a todas las organizaciones indígenas en Río Negro: la Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche, que tiene un representante por cada región: atlántica, del valle, de la estepa y andina, pero como siempre pasa con las instituciones, se van desdibujando con la burocracia y la dependencia de loa gobernantes de turno, perdiendo su autonomía y la participación auténtica de los pueblos originarios a los que debe representar.
Por otra parte, acá bajan muchos proyectos de apoyo para poner cercas, o comprar alimento para los animales, o semillas, desde Desarrollo Social, y estamos agradecidos por eso, pero no se nos devuelven los territorios aptos para la vida y mientras se descuide la extracción de los recursos naturales en manos de capitalistas, corremos siempre el riesgo de perder lo que nos da la vida: el agua, la tierra sana y cultivable, el aire sin contaminación, los animales, todo.
A nosotros muchos abogados nos dijeron que nos iban a ayudar para recuperar nuestro territorio, pero todos nos cobraron mucha plata y nos dejaron igual que antes. Hoy seguimos con esos juicios que el ejército nos hace para desalojarnos del pequeño territorio que nos queda.
Se está trabajando para presentar una contrapropuesta al Código civil. Las comunidades nos estamos reuniendo, pero sobre todo hay que trabajar en la participación activa, esa es nuestra propuesta, difundir y defender nuestra cultura, y en eso, el tema central es y será siempre EL TERRITORIO y todo lo que él implica para nuestras vidas. Y también tener presente que en realidad todos somos originarios y que lo que todos deseamos es vivir bien, en justicia y dignidad.»
Estos son tiempos de reflexión y búsqueda de alternativas para la resolución de los conflictos sociales. Si algo pueden hacer las universidades es intervenir en la coordinación de encuentros a través de los cuales se debata y encuentre formas consensuadas de propuestas de reformas legales sobre la tenencia de la tierra, formas que reparen tantos años de latrocinio y violación de derechos. Es decir, colaborar en la construcción colectiva de políticas públicas inclusivas que se ajusten a la realidad de las demandas sociales. Es posible y necesario para el desarrollo integral de las comunidades organizadas, tanto de los Pueblos indígenas como de cualquier grupo comunitario en desarrollo.
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